La pericoronaritis es una inflamación del tejido que rodea un diente parcialmente erupcionado, comúnmente asociada con las muelas del juicio o terceros molares inferiores provocando inflamación y dolor de encías o tejidos periodontales.
Esta condición ocurre cuando los restos de alimentos y bacterias se acumulan en el espacio entre la encía y el diente, favoreciendo infecciones locales que pueden extenderse si no se tratan a tiempo. Aunque suele presentarse en jóvenes adultos, cualquier persona puede desarrollarla si no mantiene una buena higiene bucal.
Este problema dental puede variar desde una molestia leve hasta infecciones graves que afectan la calidad de vida. Por ello, reconocer los síntomas y entender cómo prevenir y tratar esta afección es clave para mantener una buena salud bucal.
Síntomas
La pericoronaritis se manifiesta con una serie de síntomas que pueden ser leves al inicio, pero que tienden a agravarse si no se tratan. Estos incluyen:
- Dolor en la zona del diente afectado, que puede irradiarse hacia la mandíbula o el oído.
- Inflamación visible en las encías o en el rostro, dependiendo de la gravedad.
- Fiebre y malestar general, que indican que el cuerpo está combatiendo una infección.
- Molestias al hablar, masticar o abrir la boca, debido a la hinchazón.
- Halitosis (mal aliento), ocasionada por el crecimiento bacteriano y la acumulación de restos de alimentos.
- En algunos casos, secreción de pus en la zona afectada.
Si bien algunos síntomas pueden aliviarse temporalmente con remedios caseros, una evaluación profesional es esencial para evitar que la infección se propague a otras áreas del cuerpo.
Cómo prevenir la pericoronaritis
La prevención de la pericoronaritis está directamente relacionada con mantener hábitos de higiene bucal adecuados y realizar chequeos dentales regulares. Aquí tienes algunos consejos prácticos para evitar esta afección:
- Higiene dental rigurosa: Cepilla tus dientes al menos dos veces al día y presta especial atención a las áreas cercanas a las muelas del juicio. Usa un cepillo de cerdas suaves y un enjuague bucal antiséptico para alcanzar zonas difíciles.
- Control profesional regular: Acude al dentista al menos dos veces al año para realizar limpiezas dentales profundas, que eliminan la acumulación de placa y reducen el riesgo de infecciones.
- Monitoreo de las muelas del juicio: Si las muelas del juicio están erupcionando, pide al dentista que evalúe su posición. En algunos casos, se recomienda la extracción preventiva si hay riesgo de infecciones recurrentes.
- Evita hábitos perjudiciales: Morder objetos duros o usar los dientes como herramientas puede dañar las encías y agravar la inflamación.
Además, mantener una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y alimentos que estimulen la producción de saliva ayudará a mantener tu boca limpia de forma natural.
Tratamientos
Tratamiento en el consultorio
El dentista será quien determine el tratamiento más adecuado según la gravedad de la pericoronaritis. Entre las opciones más comunes se encuentran:
- Limpieza profunda: Se retiran los restos de alimentos y bacterias acumuladas en el área afectada.
- Drenaje de abscesos: Si hay una acumulación de pus, el dentista realizará un drenaje para aliviar la presión y reducir la infección.
- Medicamentos: El uso de antibióticos puede ser necesario para controlar la infección, junto con analgésicos para manejar el dolor.
- Extracción del diente: En casos graves o recurrentes, puede ser recomendable extraer la muela del juicio para eliminar el problema de raíz.
Tratamientos caseros
Si los síntomas son leves o como medida complementaria al tratamiento profesional, se pueden realizar algunos cuidados en casa:
- Enjuagues con agua salada tibia: Mezclar media cucharadita de sal en un vaso de agua tibia y enjuagar la boca ayuda a reducir la inflamación y a mantener el área limpia.
- Compresas frías o calientes: Las compresas frías alivian el dolor y la hinchazón, mientras que las calientes pueden relajar la tensión muscular en la mandíbula.
- Mantén la zona limpia: Usa un cepillo de dientes suave para limpiar delicadamente alrededor del diente afectado.
- Evita alimentos duros o pegajosos: Esto reduce el riesgo de irritación adicional en el área inflamada.
Aunque estos tratamientos pueden ofrecer alivio temporal, es fundamental buscar atención profesional para abordar la causa subyacente.
Qué causa la pericoronaritis
La pericoronaritis es el resultado de varios factores que favorecen la acumulación de bacterias en el área afectada. Entre las causas más comunes se encuentran:
- Dientes parcialmente erupcionados: Las muelas del juicio que no han salido por completo crean un bolsillo de encía donde las bacterias pueden acumularse fácilmente.
- Falta de higiene oral: La limpieza inadecuada permite la acumulación de restos de alimentos y placa bacteriana, lo que favorece el desarrollo de infecciones.
- Mala alineación dental: Si las muelas del juicio crecen en una posición incómoda o presionan a los dientes vecinos, aumenta el riesgo de irritación e inflamación.
- Trauma en la encía: Por ejemplo, al masticar alimentos duros o por el roce constante del diente contra la encía.
- Sistema inmunitario debilitado: Un sistema inmunitario comprometido, ya sea por estrés, enfermedades crónicas o tratamientos médicos, puede dificultar la capacidad del cuerpo para combatir las infecciones. Esto aumenta el riesgo de desarrollar pericoronaritis, ya que las bacterias presentes encuentran menos resistencia para propagarse y provocar inflamación crónica. Además, personas con un sistema inmunológico debilitado son más propensas a desarrollar infecciones como la pericoronaritis.
Conclusión
La pericoronaritis es más que una simple molestia: puede afectar significativamente la calidad de vida si no se trata a tiempo. Conocer los síntomas, causas y opciones de tratamiento te permite tomar decisiones informadas para cuidar tu salud dental.
Una técnica adecuada de higiene bucal es esencial para mantener una cavidad oral saludable y prevenir afecciones como la pericoronaritis. Para ello, es importante cepillar los dientes al menos dos veces al día utilizando un cepillo de cerdas suaves y complementarlo con el uso de hilo dental. Al incorporar esta rutina diaria, eliminaremos los restos de alimentos y reduciremos la acumulación de placa bacteriana, minimizando el riesgo de inflamación e infecciones en las encías
Si tienes molestias o sospechas que puedes estar sufriendo pericoronaritis, no esperes. Acude a tu dentista para recibir el diagnóstico y tratamiento adecuado.